La gran digitalización no solo ha cambiado nuestra manera de comunicarnos. También ha traído nuevas formas de descubrir productos y consumir.
Es evidente que cada vez pasamos más tiempo pegados a la pantalla –llegando a mirar nuestro teléfono hasta 200 veces al día.
Ahora comprar por Internet va más allá de darle a un botón.
Tiene que ser toda una experiencia: rápida, inmersiva, sencilla y atractiva.